Un total de 65 periodistas fueron asesinados en el mundo en el 2017, de ellos 26 perdieron la vida cuando ejercían su labor informativa, víctimas colaterales en lugares muy peligrosos y 39 fueron asesinados de manera intencional, debido a su trabajo de investigación, que afectaba los intereses de las autoridades políticas, religiosas, económicas o de grupos criminales, según el informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Esa cifra significa «una relativa disminución (-18%) del número de periodistas asesinados, respecto al año anterior (79). Asimismo, en lo que concierne a los periodistas profesionales asesinados (50 este año), RSF observa que 2017 ha sido el año menos mortífero para los periodistas profesionales desde hace 14 años.
Sin embargo, el número de reporteras asesinadas se duplicó este año.
«Diez mujeres periodistas fueron asesinadas en 2017, el doble que en 2016, cuando se registraron cinco casos. La mayoría de ellas eran aguerridas y experimentadas periodistas de investigación, críticas en sus textos. A pesar de las amenazas que habían recibido, seguían investigando y revelando casos de corrupción, entre otros, en los que estaban implicadas autoridades gubernamentales o grupos criminales. Pagaron con su vida este trabajo de investigación», detalló el informe de RSF.
Por qué bajaron los asesinatos de los periodistas en general?
En esta tendencia a la baja han influido, entre otros factores, las numerosas campañas emprendidas por organizaciones internacionales y por los mismos medios de comunicación, que insisten en la necesidad de proteger más a los periodistas.
Por otra parte, los reporteros han recibido más formación en seguridad física, lo que ha contribuido a prepararlos mejor cuando van a cubrir acontecimientos a lugares hostiles. Asimismo, el estatus de freelance ha sido objeto de reflexión y han nacido iniciativas para que los periodistas independientes puedan trabajar en las mismas condiciones de seguridad que sus colegas empleados por un medio de comunicación.
Con este objetivo se creó la alianza ‘A Culture of Safety’ (ACOS) en 2015, una coalición conformada por grandes empresas de prensa, organizaciones de periodistas y de colaboradores de los medios de comunicación, para desarrollar y adoptar normas de protección para los reporteros independientes en todo el mundo.
También ha dado frutos la intensa labor de promoción de la libertad de prensa ante Estados e instituciones internacionales emprendida por organizaciones que defienden y protegen a los periodistas, como Reporteros sin Fronteras. RSF ha hecho diversas recomendaciones sobre la seguridad de los periodistas ante la Asamblea General, el Consejo de Seguridad y el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, así como ante el Consejo de Europa; recomendaciones que han sido retomadas en diferentes resoluciones.
La más reciente fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre pasado. En el centro de esta resolución se encuentra la cuestión de las mujeres periodistas y las preocupaciones relativas a las agresiones específicas que padecen en el ejercicio de su labor, que incluyen la discriminación y la violencia por razones de sexo y género, la intimidación y el acoso en Internet o en otros medios.
Esta tendencia a la baja también puede explicarse por el hecho de que los países que se han vuelto muy peligrosos se han vaciado de periodistas. Es el caso de Siria, Irak, Yemen y Libia, donde presenciamos una «hemorragia» del gremio. Algunos periodistas incluso optan por dejar su oficio, para ejercer otra profesión que sea menos peligrosa. El que no sea posible llevar a cabo una cobertura periodística sin arriesgar la vida no es un problema que incumbe sólo a los países en guerra. En México, donde los cárteles y los políticos locales hacen que reine el terror, numerosos periodistas también han optado por dejar su país o su profesión.
Los países más peligrosos del mundo para los periodistas:
Para leer el informe completo de RSF pulse aquí.